CAPITULO 10: Cena.

El cinco de septiembre amaneció con un sol radiante, asique mi madre me invito a cenar fuera las dos solas, porque John estaba de viaje de negocios.

-No te arregles mucho que he pensado que mejor cojemos una pizza en el restaurante de una amiga y cenamos aquí. ¿Qué te parece la idea?-sugirió mi madre.

-Vale, mejor, más tranquilitas.- repuse.

Cogió el teléfono y llamo a su amiga para que nos preparase la pizza, luego se quedó unos veinte minutos hablando con ella de sus cosas. Mientras ellas hablaban yo me fui a mi cuarto, me tumbe en la cama con el libro de biología de ese año, empecé a leerme el temario. Después de leer un par de hojas, devolví el libro a su sitio y busque en el armario unos vaqueros y una sudadera para cuando tuvieramos que ir a por la cena. Fui al salón para preguntarle a mi madre cuando ibamos a ir. Me contestó despidiendose de su amiga y poniendose una chaqueta de punto que solía tener siempre colgada en un pequeño perchero al lado de la puerta principal de entrada en el holl. Tardamos unos quince minutos en llegar al restaurante, allí me presento a Miranda, su amiga, con la que estuvo hablando otra media hora. De repente sonó la campanita de la puerta e instintivamente mire hacía ella, quien había entrado era el hombre que se sento a mi lado en el avión, la única persona que había conocido en América, bueno sin contar a Miranda y a John. Iba acompañado por una chica de su misma edad, me dedicó una sonrisa a la que correspondí con un ligero movimiento de mano y volví a la conversación de mi madre con un poco de vergüenza.

-¿Qué, no me saludas?- dijo una voz grave detrás de mi.

-Bueno, como estás tan bien acompañado. Pues, bueno, no quería molestarte.- dije en voz baja.

-Oh… pero no te preocupes, es una amiga de la infancia. No hubíeras interrumpido nada.- contestó riéndose.

-Pues hola… ¿tu nombre?- ni siquiera sabía su nombre. Sonreí al darme cuenta de ese detalle.

-Ricardo ¿y el tuyo?.- contestó con una sonrisa radiante.

-Helen. Entonces si te llamas Ricardo, no eres de aquí ¿no?

-No, soy español pero estuve viviendo aquí desde muy pequeño, porque mi padre era el representante de una empresa aquí, luego me saqué la carrera y decidí ir a trabajar a España. Ya sabes, ese royo de volver a las raíces.- dijo intentandó imitar la forma de hablar de la gente de mi edad.

-Ah… ¿y ahora vuelves a tus raices americanas?- pregunté burlona.

-Sí, estaré aquí por un tiempo.

-Helen, nos vamos.- dijo mi madre interrumpiendo la conversación.

-Vale. Adiós Ricardo.

Salimos del restaurante, mi madre se me quedó mirando esperando una explicación, pero no le dije nada. Seguimos andando en dirección a casa.

-Es que no me piensas decir quien ese hombre.- exclamó.

-Era el hombre que estaba sentado a mi lado en el avión.-aclaré.

-¿Cuántos años tiene? ¿Y por qué estaba tonteando contigo?

-No lo se.- mentí.- y no estaba tonteando conmigo, además la chica con la que estaba era su novia.- volví a mentir.

-¡No me mientas Helen!- grito- que he escuchado la conversación.

-Bueno vale, pero no estaba tonteando conmigo, solo hablamos en el avión y me ha caido bien. Nada más.- me miro con cara de “no me mientas que no te creo”- te lo juro.

Parece que la última frase la convenció, me dedicó una sonrisa satisfecha y volvimos a caminar. Llegamos a casa, pusimos la mesa en la terraza, me puse unas mayas para estar en casa y una sudadera de mi padre de propaganda. Nos sentamos a cenar.

-¿Estas nerviosa con lo del instituto?- preguntó.

-Bueno si, lo normal.

-No te preocupes ya verás como conoces a gente simpática- Se metió un trozo de pizza y empezo a masticar.- Ou…- dijo terminando de tragar la pizza.- creo que se el día que vas ha estrenar el vestido que te regale.

-¿Si? ¿Cuándo?

-Este sábado, es la cena de mi empresa, y quiero presentarte a mis compañeros.

-¿Pero ahí van los hijos de tus compañeros?

-Sí, de tu edad y un poco más mayores.

-Vale.

-Perfecto.- dijo con una sonrisa.

P.D. Me gustaría que comentarais más porque si no se la opinión de mis seguidoras no me sirve de nada publicar.

Espero que me entendáis, un beso.